En tan solo dos días se compartió casi 90 mil veces, y padres y madres de todo el mundo se hicieron eco del caso y manifestaron su apoyo.
Un papá y su hijo caminaban rumbo a la escuela; el nene llevaba una mochila con un estampado de Elsa y Anna, protagonistas de la película Frozen. Una nena se paró a mirar lo linda que era, y la madre, a su lado, dijo: "Pero es de niña". Lo que pensó el padre, acto seguido, fue: "Si a mi hijo le gusta la película de Frozen, ¿lo hace ser una niña?"
El texto que cuenta este episodio -que se viralizó a partir del posteo en la cuenta de Facebook de Filosóraptor- señala: "Los niños nacen sin complejos, sin prejuicios, ellos no nacen machistas o feministas, los adultos los hacemos así, los padres los hacemos así, los contaminamos, los llenamos de prejuicios tontos. Cuando llegamos a la escuela mucha gente se nos queda mirando, unos para bien, otros se ríen y cuchichean. Mi hijo se siente feliz con su mochila y a quien le ha cuestionado, responde 'no soy niña pero me gusta mucho Frozen, eso no me hace niña'. Amo a mis hijos y tienen grandes valores, estoy educando hombres no acomplejados".
El texto resultó un puntapié inicial que dio inicio a un activo intercambio de opiniones entre padres -solo ese posteo ronda los once mil comentarios-, probablemente porque muchos se sintieron identificados con la anécdota. "Esa mochila no es ni de niño ni de niña esa mochila es 90% poliéster y 10% algodón", haciendo un chiste sobre la división tan tajante que se hace en la infancia con objetos y juguetes.
Paula dice: "Un ejemplo de que desde siempre nos imponen cuestiones de género. A mi hijo también le gusta Frozen y muchas veces elige cosas 'de nena'. Y todavía hay gente, incluso en la propia familia, a la que le parece que un color o una película van a determinar la sexualidad del niñe. El machismo baña de amargura toda nuestra vida. Está en cada uno, en el día a día, terminar con el patriarcado. Hasta en las pequeñas cosas. Para los que fuimos criados en el machismo es menos natural hasta que lo ejercitamos. Solo espero que para mis hijos, lo natural sea otra cosa".
Los mundos de fantasía creados por Disney amplifican mundos y posibilidades. Mezclar la imaginación y los juegos con posibles tendencias sexuales o roles de género rígidos es una tendencia que se está revirtiendo en las experiencia de crianza actuales.
"A mí me pasa exactamente lo mismo, pero con mi hija. Ella tiene ocho años y no pide colores rosas, pide color azul; y cuando le compró un coche de control remoto a mi hijo también le compro uno a ella, y es mi orgullo el pensar que no se conforme pensando que seguir las reglas de la sociedad. Ella va ser quien quiera ser y yo la voy a apoyar hasta el final", comenta otro papá sobre su mirada "genderless" de la realidad, es decir, sin géneros fijos.