Brasilia. El ultraderechista Jair Bolsonaro fue electo presidente de Brasil con el 55,6% de votos frente a 44,4% para el izquierdista Fernando Haddad, según datos oficiales tras el cómputo del 97% de las urnas.
Una multitud se había reunido desde varias horas antes de los anuncios frente a la casa del ex capitán del Ejército para festejar una victoria ampliamente prevista por los sondeos.
Jair Bolsonaro, un ex paracaidista de 63 años, logró capitalizar la decepción y la rabia de una población golpeada por años de recesión y estancamiento y hastiada de los escándalos de corrupción.
Haddad, profesor universitario y ex alcalde de Sao Paulo, de 55 años, fue designado candidato del Partido de los Trabajadores (PT) en sustitución de su líder histórico, el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010), que purga desde abril una pena de 12 años de cárcel por corrupción y lavado de activos.
En la primera vuelta, Bolsonaro obtuvo 46% de los votos, frente a 29% de Haddad. Pese a que el izquierista acortó distancias, el exministro de Educación se quedó lejos de la ansiada remontada.
Miles de manifestantes reunidos frente a la casa de Bolsonaro en Barra de Tijuca, un exlusivo barrio de Río de Janeiro, celebraron con euforia el anuncio de los los resultados, lanzando fuegos artificiales. También hubo celebraciones importantes en Sao Paulo, la capital económica y financiera del país, y en otras ciudades.
El candidato del Partido Social Liberal (PSL) dirigió desde su casa una exitosa campaña que centró en las redes sociales, tras la puñalada que sufrió durante un mitin callejero a principios de septiembre.
Muy distinto al ambiente en el céntrico hotel de Sao Paulo donde Haddad y el comando de un Partido dos Trabajadores (PT) -que pierde por primera vez unos comicios nacionales tras cuatro victorias consecutivas- seguían los resultados.
En el local donde Bolsonaro votó, en el oeste de Río, los soldados cachearon a los electores y revisaron las inmediaciones con espejos y detectores de metales, mientras sus simpatizantes lo esperaban con banderas de Brasil anudadas en la espalda.
En el local donde Bolsonaro votó, en el oeste de Rio, los soldados cachearon a los electores y revisaron las inmediaciones con espejos y detectores de metales.
Bolsonaro "va a barrer a los corruptos, va a echar a esos crápulas, a esos comunistas", proclamó uno de sus simpatizantes, Alvaro Cardoso, un trabajador independiente, de 55 años.
El candidato entró por una puerta lateral, junto a su esposa, y se retiró sin dar declaraciones, saludando a sus simpatizantes con los pulgares hacia arriba y la "V" de la victoria.