Un equipo de investigadores halló restos de la aldea de Betsaida, un sitio donde se dice que Jesús realizó varios de sus milagros más recordados. Para dar con ella, usaron escritos del historiador romano Titus Flavius Josephus, y la encontraron cerca del río Jordán, que desemboca en el mar de Galilea.
Según los relatos cristianos, en este sitio el hijo de Dios reclutó a sus dos primeros discípulos, Pedro y su hermano Andrés, ambos pescadores, y más tarde a Felipe; multiplicó cinco panes y dos peces para alimentar a 5000 personas; hizo que un ciego recuperara la vista y caminó sobre el agua.
La investigación estuvo a cargo de científicos de la Universidad de Nebraska, en los Estados Unidos, y llevó más de 30 años en el sitio arqueológico de Et-Tell, en los Altos de Golán, el cual se ubica a la ribera del río en el que Jesús fue bautizado.
Según reveló Rami Arav, profesor asociado de la Universidad de Nebraska, al diario israelí Haaretz, este descubrimiento destronó a otras excavaciones que también buscaban la ciudad en sitios aledaños.
Las excavaciones realizada en el lugar lograron encontrar almacenes donde se compraban alimentos y una figura que habría sido la puerta de la ciudad que data de la Edad de Hierro (primer milenio antes de Cristo).
En este sitio arqueológico también hallaron una estela que representa al dios de la luna. Esta pieza, según los especialistas, sería un indicio de que esta ciudad fue la antigua capital del reino de Geshur, la cual años más tarde se convirtió en Betsaida.
“El archivo de este reino fue escrito en pergamino, un material perecedero. ¿Cómo lo sabemos? Porque hemos descubierto los sellos de los documentos y no los documentos. Los sellos estaban hechos de arcilla y esta es la razón por la que se conservaron. Cambiaríamos los sellos por los documentos, pero desafortunadamente las personas que podían comerciar con nosotros murieron hace milenios”, detalló Arav al medio israelí, en relación a la dificultad de su trabajo.
Según el portal británico Daily Mail, el profesor asociado de la universidad estadounidense aseguró: “Las fuentes antiguas imponen varios requisitos para la identificación de Betsaida, estos hallazgos en Et-Tell me convencieron no solo a mí, sino a un grupo de expertos”.
Pese a que en la descripción de la Biblia, Betsaida se describe como un lugar al que se puede acceder en barco, mientras que Et-Tell está a casi dos kilómetros del mar de Galilea, Arav asegura que el sitio de excavación podría haber estado más cerca del agua en la antigüedad y que se haya alejado por cambios en el suelo. “Es necesario saber que el Mar de Galilea está justo en medio de la grieta sirioafricana y es propenso a los cambios tectónicos”, ilustró el científico.
La hipótesis de Arav no es la única. Hay otras teorías sobre la ubicación de esta aldea, como la de los profesores Steven Notley del Nyack College, de Nueva York, y Mordechai Aviam del Kinneret College, de Israel, que sostienen que los restos de Betsaida se encuentran en otro sitio arqueológico, situado sobre la misma ribera del Jordán que Et-Tell, cuyo nombre es El-Araj.
Sin embargo, Rami Arav refuta esta teoría y explica que en El-Araj no existen vestigios de construcciones de la Edad de Hierro, y que es un asentamiento posterior, que atribuye a los romanos.