Esa locura no estuvo limitada a la Argentina, ya que “demasiadas veces en estos 25 años hemos visto vidas y esperanzas truncadas en nombre de la religión”, señaló el papa Francisco en una carta que envió a las DAIA por el 25° aniversario del atentado terrorista a la AMIA, que se cumplirá el próximo jueves 18. Además, el Sumo Pontífice sostuvo que estos atentados terroristas forman parte de lo que él denomina la “tercera guerra mundial de a pedacitos” y aseguró que ella “no sabe de fronteras, y ha demostrado su rostro cruel desde oriente hasta occidente”.
La carta del Papa, dirigida al presidente de la DAIA, Jorge Knoblits, fue emitida desde el Vaticano el 10 de julio pasado. En otras oportunidades, desde el Vaticano se habían emitido mensajes más breves y en términos más protocolares para referirse al atentado terrorista que le costó la vida a 85 personas. La diferencia con este último mensaje escrito por Francisco es que utiliza conceptos más políticos y de una manera más directa para referirse al hecho.
Según el texto completo de la carta, el Papa reveló que “al igual que desde el primer día, cada 18 de julio mi corazón acompaña a los familiares de las víctimas, sean judíos o cristianos. Y desde el primer día, pido a Dios por el descanso eterno de quienes perdieron la vida en ese acto de locura”.
A la vez, Francisco también pidió “por quienes sobrevivieron a la explosión, llevando desde entonces las heridas en sus cuerpos y en sus almas”. En ese pasaje es cuando el Papa sostiene que “esa locura, sin embargo, no estuvo limitada a la Argentina. Demasiadas veces en estos años hemos visto vidas y esperanzas truncadas en nombre de la religión. Esta tercera guerra mundial de a pedacitos ha convertido esposas en viudas, hijos e hijas en huérfanos; y todo ello en nombre de Dios, blasfemando el nombre de Dios”.
El papa Francisco además destacó que “no es la religión la que incita y lleva a la guerra, sino la oscuridad en los corazones de quienes cometen actos irracio nales”. Para remarcar sin vueltas: “Dios nos ha llamado a convivir como hermanos, y esta fraternidad nos abraza y nos une más allá de cualquier límite geográfico o ideológico. Entre todos constituimos la gran familia humana”.
En este sentido, el mensaje del Papa por los 25 años del ataque terrorista a la AMIA instó a que “esta conciencia” de fraternidad de “ser hermanos, junto con los valores del respeto y de la tolerancia, la debemos transmitir a las próximas generaciones”. En el último párrafo de la misiva enviada desde el Vaticano, Francisco emite casi una orden general: “la paz no ha de ser sólo nuestro derecho, su construcción debe ser nuestra obligación”.
Así, el Sumo Pontífice pidió rezar por las víctimas y familiares de aquellos que murieron en el atentado de 1994 que le costó la vida a 85 personas.