Este viernes, la Tierra recibirá de nuevo la visita del asteroide 2020ND. Si bien acaba de ser descubierto hace apenas unas semanas por los astrónomos, en realidad esta roca espacial mantiene una órbita alrededor del Sol que lo acerca a nuestro planeta y a Marte cada cierto tiempo. Según los cálculos de los científicos, 2020ND se nos ha acercado anteriormente en 1929, en 1932, 1945, 1960, 1990 y, la última vez, en 2005. Y no será la última vez que nos visite, ya que su trayectoria indica que lo volverá a hacer en 3035.
Sin embargo, esta vez será el momento en el que 2020ND, que mide aproximadamente 160 metros de largo, se nos acerque más. Concretamente, a unos 5,5 millones de kilómetros, lo que no supone ningún riesgo para nosotros. Aún así, la NASA lo ha catalogado de «potencialmente peligroso» (PHA), calificación que reciben todoslos Objeto Cercano a la Tierra (NEO por sus siglas en inglés) que pasan a una distancia menor de 0,05 unidades astronómicas (una UA es la distancia entre la Tierra y el Sol). 2020ND pasará a 0,03 UA, según informa la NASA.
Cuanto más pequeños, más peligro
Los asteroides son rocas que quedaron flotando en el espacio tras la formación del Sistema Solar. Los hay de todos los tamaños: grandes, medianas y pequeñas, y cada día las agencias espaciales y los observatorios astronómicos encuentran más y más flotando a nuestro alrededor. Pero aunque pueda parecer lo contrario, las rocas tienen más peligro cuanto más pequeñas son, ya que su tamaño impide su visión si están demasiado lejos, y no hace falta que sean demasiado grandes para inflingir un daño: el meteorito que explotó sobre el cielo de la localidad rusa de Chelyabinsk y provocó más de 1.000 heridos y daños en centenares de casas tan solo medía 19 metros de diámetro.
Se calcula que solo se tienen controlados el 0,05% de los NEO de entre 30 y 100 metros de longitud, mientras que tan solo conocemos el 0,01% de las rocas de menos de 30 metros. En páginas como la del Centro JPL de la NASA o en el portal de NEOs de la ESA se puede comprobar en tiempo real las «amenazas» de estos objetos y la probabilidad de que su órbita coincida con nuestro paso en el espacio. Y, de momento, los avisos tienen un peligro relativamente bajo, por lo que la calma debe reinar.
Planes por si se acercan más de lo debido
Aún así, la humanidad ya tiene varios planes en mente para estar preparada en el hipotético caso de que un asteroide impactara contra nosotros. Por ejemplo, las misiones HERA y DART, el primer proyecto de defensa planetaria, ya están en fases muy avanzadas, y se contemplan otras ideas, como el impactador cinético o el plan tractor, para desviar la órbita de una de estas rocas espaciales.