El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, que lleva 15 años en el poder, triunfó en las elecciones presidenciales celebradas el domingo en ese país, lo que le aportará nuevos poderes gracias a la implementación del nuevo sistema presidencialista.
El triunfo de Erdogan fue anunciado por el Consejo Supremo Electoral en base al conteo del 97,7 por ciento de los sufragios, según la agencia oficial de noticias Anadolu, citada por DPA.
"Los resultados indican que el señor Recep Tayyip Erdogan consiguió la mayoría absoluta de los sufragios válidos", informó el jefe del Consejo, Sadi Güven, y aclaró que "el número de votos que todavía no fue ingresado al sistema no influirá en el resultado".
"Nuestra democracia ha ganado, el deseo del pueblo ha ganado, Turquía ha ganado", sentenció y agradeció a todos los que ejercieron su derecho al voto, "sin importar su inscripción partidaria", dijo.
"Turquía ha tomado su decisión en favor de proteger su democracia, sus derechos y sus libertades, de mantener las reformas. Turquía ha tomado su decisión a favor del crecimiento, el desarrollo y las inversiones", añadió. Erdogan ya se había atribuido la victoria horas antes de que se difundiera el resultado oficial. "El pueblo le encargó a mi persona la presidencia y el Gobierno (...) El mensaje está claro", había dicho.
Unos 60 millones de turcos estaban convocados a votar en comicios trascendentales para el futuro del país, ya que, con ellos, se pone en marcha un nuevo sistema impulsado por Erdogan, que le confiere más poder al permitirle ser jefe del Estado y de gobierno a la vez.
Los resultados no oficiales difundidos por Anadolu daban a Erdogan un 52,53 por ciento de los votos y hablaban de una asistencia a las urnas cercana al 87 por ciento.
La "Plataforma para las elecciones justas" compuesta por observadores electorales de la oposición estimó que Erdogan obtuvo un 52,66 por ciento de los votos, tras el conteo de más del 96 por ciento de los sufragios
El resultado podía variar debido a que el porcentaje escrutado no es uniforme en todo el país y en ese punto centraba su expectativa la oposición, que llegó a estos comicios con la intención de forzar un balotaje, previsto para el 8 de julio.
En ese sentido, poco después de conocidas las primeras cifras oficiales, el socialdemócrata Partido Republicano del Pueblo (CHP) que postula a Ince difundió datos propios según los cuales Erdogan obtenía 45 por ciento de los votos, frente a 41 por ciento de su candidato, resultado que derivaría en una segunda vuelta electoral.
Ince había advertido a sus seguidores poco después del cierre de la votación que no se dejaran impresionar por los primeros resultados, porque, aseguró, las autoridades siempre difunden primero las cifras de municipios afines al oficialista Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) y Erdogan.
La agencia de noticias "Anadolu manipula: primero da los resultados de lugares con alto porcentaje de votos para Erdogan; les pido a los que están en las mesas, no se desmoralicen, no abandonen las urnas en ningún momento", manifestó Ince en su cuenta de Twitter.
También el portavoz del partido, Bülent Tezcan, acusó de manipulación a la agencia, aunque la propia plataforma de su partido mostró en cierto momento a Erdogan por encima de 50 por ciento de los apoyos.
"No abandonen las urnas, no permitan que les roben sus votos en la mesa; Erdogan ha perdido estas elecciones, es muy probable que haya una segunda vuelta", dijo Tezcan.
El portavoz del AKP, Mahir Ünal, pidió por su parte en una rueda de prensa no atacar a las instituciones estatales y esperar a que se hubiera escrutado el ciento por ciento de los sufragios.
"Todos los partidos siguen el recuento, es inaceptable atacar a la agencia Anadolu", dijo Ünal en una comparecencia transmitida en directo por NTV.
Unos de los desafíos que se le presentan a Ergodan es repensar la política migratoria, luego de que el nuevo gobierno de Italia bloqueara la entrega de 3.000 millones de euros a Turquía para que atienda a los refugiados sirios que alberga en su territorio.
El desembolso de esa cantidad es una de las condiciones del polémico acuerdo que suscribió la UE con Turquía en 2016 para contener la llegada masiva de demandantes de asilo. Italia defiende destinar ese dinero a Libia, punto de partida de casi todos los migrantes que recalan en sus costas.
Los socios europeos llevan más de tres meses intentando pactar el instrumento que consideran más eficaz para mantener a salvo el pacto migratorio con Turquía.