El Día Mundial de la Meteorología se celebra hoy, con la idea de proteger la vida humana y los bienes frente a los desastres naturales. La fecha se conmemora a raíz de la creación de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Como sucesora de la Organización Meteorológica Internacional, fundada en 1873, la OMM tiene un objetivo claro: apoyar a los países del mundo a prestar servicios meteorológicos e hidrológicos.
Se trata de una ciencia que tiene como objetivo estudiar todos los fenómenos que ocurren en la atmósfera de la Tierra como el clima, los vientos y las lluvias.
La misión de la creación de un Día Mundial de la Metereología es proteger la vida humana y los bienes; principalmente, busca cuidar el miedo ambiente y lograr un desarrollo sostenible, a partir de investigaciones sobre el clima y el tiempo.
“El ciclo hidrológico es un elemento fundamental de muchos de nuestros Objetivos de Desarrollo Sostenible: acabar con el hambre, garantizar la salud y el bienestar, favorecer industrias productivas, apoyar a las comunidades prósperas, y materializar el potencial de una energía asequible y limpia para todos”, dijo en una entrevista António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas.
Además, el funcionario agregó: “Necesitamos gestionar las cuestiones relativas al clima y el agua de forma más coordinada y sostenible para responder a la necesidad urgente de contar con una mejor predicción, monitoreo y gestión del suministro de agua y de abordar el problema del exceso, la escasez o la excesiva contaminación del agua. No podemos gestionar lo que no medimos”.
"Es vital disponer de un mejor monitoreo y predicción hidrológicos para respaldar la elaboración de políticas efectivas de gestión del agua y la prestación de servicios de alerta temprana de crecidas y sequía efectivos”, finalizó.
Con el fin de garantizar la salud y el bienestar, el agua aparece como el bien más preciado. Se calcula que alrededor de tres mil millones de personas en todo el mundo no tienen instalaciones básicas para lavarse las manos, además de las que padecen enfermedades por la escasez de agua y la creciente demanda que habrá en los próximos años.
El cambio climático también produce episodios de precipitación extrema. De esa forma, se potencia el riesgo de grandes crecidas y desastres naturales. Eso afecta directamente a los medios de vida de millones de personas, su agricultura y, por supuesto, su seguridad alimentaria.
Las acciones individuales pueden generar grandes cambios. Algunas de las cosas que podemos hacer es reducir el consumo de energía, cuidar los recursos naturales y cultivar una mentalidad más ecológica, además de enseñarle esos conceptos a nuestros hijos.