A partir de la consagración en el Mundial Qatar 2022, cuatro premios sobre cuatro fue la gran cosecha argentina recogida en los premios The Best, que se otorgaron en París. Lionel Messi (que también formó parte del "equipo ideal"), Lionel Scaloni, Emiliano "Dibu" Martínez y la hinchada albiceleste se llevaron los galardones respectivos a Mejor Jugador, Mejor Entrenador, Mejor Arquero y el Premio a la pasión.
Con un final más que cantado, el capitán de la Selección se llevó el premio The Best por segunda ocasión. "Es para Leo Messi, el campeón argentino", anunció Gianni Infantino, presidente de la FIFA.
Visiblemente nervioso, Messi declaró: "Es un placer formar esta terna con (Karim) Benzema, que no está, y con Kylian (Mbappé), mi compañero, que tuvo un año grandísimo. Agradezco el esfuerzo de todos mis compañeros de plantel y a nuestro entrenador Scaloni", comenzó diciendo el máximo referente argentino.
"La verdad, el 2022 fue una locura para mí porque pude cumplir mi sueño. Y es lo más hermoso que me pasó en la carrera. Gracias a Dios, que lo pude obtener, y a la gente de Argentina, por haber vivido todo eso como lo vivieron", dijo conmovido. Por último, el astro rosarino dedicó el premio a sus hijos y les pidió "que se vayan a dormir", en medio de los aplausos de la concurencia.
Un poco antes, el ex guardavallas brasileño Julio César fue el encargado de otorgar el premio al mejor arquero a "Dibu" Martínez, quien le ganó la pulseada al marroquí Bono y al belga Thibout Courtois.
"Este premio es algo muy lindo para mi carrera. Todos saben de dónde vengo. Siento un gran orgullo: después de 36 años haber salido campeones con Argentina fue algo hermoso, el sueño de toda mi vida", comenzó diciendo el héroe de Qatar 2022, que quebrado por la emoción confesó: "Cuando me preguntan quiénes son mis ídolos, yo elijo a mi mamá, limpiando edificios por ocho, nueve horas, y a mi papá, trabajando todos los días", concluyó el capitán del Aston Villa.
Tal como se preveía en el rubro mejor entrenador, Scaloni se impuso sobre el italiano Carlo Ancelotti -que con Real Madrid alzó su cuarta Champions League- y el catalán Pep Guardiola, campeón con Manchester City. El italiano Fabio Capello, otrora DT multicampeón, fue el encargado de entregar el premio a un entrenador que, sin experiencia previa en clubes de Primera División, logró ganar con Argentina la Copa América, la Finalissima y la última Copa del Mundo.
"Este premio tiene un valor enorme, porque lo votan los propios futbolistas. Agradezco a los jugadores de esta Selección maravillosa, porque sin ellos no hubiera podido lograrse nada. También al presidente de la AFA, Claudio Tapia; a todo el cuerpo técnico, que son mis amigos. Y por supuesto a toda mi familia, que me apoyó siempre", dijo, para añadir con frescura significativa: "No hay nada más lindo que ver a tu gente feliz: hemos jugado para ellos, es nuestro tributo. Gracias a todo nuestro país", cerró el selecionador que confirmó que continuará al frente de la Albiceleste hasta 2026.
A la hora de premiar la pasión, el galardón recayó en la hinchada argentina. Fue recibido por el Tula, quien hasta se congratuló por dar de antemano por ganador a Messi, cuando el rosarino aún no había sido premiado.
Sin ambages, el fanático de Rosario Central contó muy emocionado que sigue a la Selección desde el Mundial de Alemania 1974, que aboga por terminar con la violencia y con su sempiterno bombo se animó en vivo con el clásico "Vamos vamos, Argentina", ante la sonrisa cómplice de varios compatriotas presentes en el auditorio.
ceremonia había comenzado con una introducción de Infantino, quien ofrendó un sentido homenaje al astro Pelé, fallecido el último 29 de diciembre.
Acompañado de la última esposa de O Rei, Marcia Aoki, el brasileño Ronaldo lo consideró como el "Rey del deporte". "Pelé fue el mejor dentro del campo y generó un cambio social al luchar contra el racismo y la discriminación", resaltó el ex delantero de la Verdeamarela, que junto a toda la concurrencia asistió con emoción a una versión libre en portugués de "Changes", la emblemática canción de David Bowie a cargo del artista Seu Jorge, quien se presentó ataviado con una casaca del Cosmos, último club en el que militó el mítico 10 de Brasil.
El legendario Jairzinho, presente entre el público de la gala, también habló de Pelé, con quien se consagró campeón en el Mundial de 1970: "Fue uno de los mejores de todos los tiempos; tuve la oportunidad de aprender de él con su gran inteligencia y naturalidad. Hizo que Brasil consiguiera tres campeonatos del mundo. Y me emociona mucho que estemos aquí rindiéndole homenaje", concluyó el veterano ex atacante.
Asimismo, el Puskas que elige entre los mejores goles de la temporada -una categoría en este caso mixta- fue entregado por el italiano Alessandro Del Piero y otorgado al polaco Marcin Oleksy por un gol impresionante que hizo en el fútbol paralímpico. Cabe señalar que a Oleksy le amputaron una pierna y debió estar dos años en silla de ruedas. Atrás en la elección quedaron, por caso, el gol del brasileño Richarlison a Corea del Sur en el último Mundial y hasta uno de Francisco González Metilli a Rosario Central jugando para Central Córdoba.
Por otra parte, la mejor entrenadora resultó la neerlandesa Sarina Wiegman, actual seleccionadora de Inglaterra, en tanto la jugadora británica del Manchester United, Mary Earps, fue elegida la mejor arquera de fútbol femenino.
A su turno, la española Alexia Putellas, mediocampista del Barcelona y de la selección de España, no sólo alzó el premio a mejor jugadora, sino que también formó parte del premio FIFPRO al mejor once del fútbol femenino, compuesto por Endler; Bronze, Williamson, Renard, León; Walsh, Putellas, Oberdorf; Kerr, Morgan y Mead.
Asimismo, Courtois; Hakimi, Joao Cancelo, Van Dijk (estuvieron los tres defensores); De Bruyne, Modric, Casemiro, Messi, Mbappé (con el brasileño, la Pulga y el francés presentes), Benzema y Haaland fue elegido como "equipo ideal" masculino para el premio FIFA PRO.
Por último, el premio Fair Play fue para el georgiano Luka Lochoshvili, quien en medio de un partido por la liga austríaca se desentendió rápidamente del juego para atender a Georg Teigl, un jugador rival que se había desvanecido y estuvo a punto de ahogarse.