El equipo de Diego Placente demostró su superioridad desde el comienzo del partido y dos polémicas marcaron el pulso de los primeros minutos.
Un planchazo de Igor Serrote sobre Julio Soler no fue observado por el árbitro Mathías De Armas, quien tampoco fue convocado por el VAR a revisar la jugada. Era roja para el defensor brasileño.
Luego el Diablito Echeverri cayó en el área, pero el juez tampoco sancionó infracción y la tecnología no intervino.
Pero la tercera fue la vencida y una evidente falta sobre Soler terminó en pena máxima. Echeverri se hizo cargo de la ejecución y cometió una de sus diabluras: con mucha jerarquía, le picó el penal a Felipe Longo justamente hacia donde el arquero le pedía que ejecutara.
La Albiceleste continuó con su dominio y una Verdeamarela impotente intentaba frenarla a puras patadas, que no encontrabas sanción de parte del referí uruguayo.
A los 67', Echeverri realizó un esfuerzo para presionar en ataque y salió lesionado. A partir de allí, Brasil creció hasta que tuvo una y alcanzó el empate.
