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Desde que el Gobierno nacional impulsó la desregulación del mercado energético, el precio de los combustibles en Argentina comenzó a ajustarse con una lógica distinta. Los incrementos o bajas en los surtidores ya no dependen de decisiones oficiales, sino que se alinean de forma directa con el comportamiento internacional del petróleo, especialmente los valores del Brent y el WTI.
Esta transformación estructural marca el fin de una etapa en la que el Estado fijaba referencias como el “barril criollo” para moderar el impacto de los precios globales sobre la economía local. Según explicó el economista y ex titular del Enargas, Mauricio Roitman, en declaraciones al portal Surtidores, “el mercado está tornándose más transparente, con un Gobierno nacional que permite el libre juego de la oferta y la demanda”.
El punto de inflexión fue la postura asumida por la propia YPF. Su presidente, Horacio Marín, anticipó que las cotizaciones internacionales ya tienen correlato en los precios internos. Según dijo, los valores del Brent y el WTI se trasladan ahora “cada vez más” al precio de la nafta, sin necesidad de intermediación estatal. En los hechos, esto implica que el consumidor puede enfrentar variaciones de precios varias veces por semana.
El cambio no es solo técnico, sino también cultural. La eliminación de la normativa que obligaba a las estaciones de servicio a reportar en tiempo real las variaciones de precios refuerza el esquema liberalizado. La medida fue oficializada por el Ministerio de Economía con el argumento de reducir cargas administrativas y fomentar la competencia entre expendedores.
Estaciones de servicio: adaptación, riesgos y oportunidades
Para los operadores del expendio, este contexto representa un escenario inédito en décadas. Tras años de trabajar con márgenes acotados y valores fijos, ahora deben seguir de cerca las oscilaciones del crudo global, prever ajustes y adaptar su política comercial.
“Esto implica tanto desafíos como oportunidades”, evaluó Roitman. “La incertidumbre obliga a manejar los márgenes con mayor prudencia, pero la lógica de precios variables habilita una mayor competencia y dinamismo comercial”, agregó.
Según el especialista, los estacioneros ya no esperan anuncios del Gobierno para actualizar precios. La dinámica diaria del mercado internacional es ahora el principal insumo para la toma de decisiones. “No será raro ver que en pocos días el precio cambie dos o tres veces”, afirmó.
Medio Oriente, especulación y factores externos
El contexto internacional también condiciona la nueva etapa del mercado local. La cotización del barril de crudo mostró una tendencia alcista en las últimas semanas debido al agravamiento de los conflictos en Medio Oriente y a movimientos especulativos en los mercados de futuros.
En las últimas jornadas, el Brent osciló entre los 82 y los 87 dólares por barril, lo que activó subas internas sin necesidad de disposiciones oficiales. Este comportamiento evidencia cómo la liberalización de precios trasladó la volatilidad internacional directamente a la economía de los consumidores argentinos.
Libre mercado
Con la liberalización del mercado de combustibles, el país avanza hacia una mayor integración con las dinámicas internacionales del sector energético. Este cambio impacta no solo en los precios finales, sino también en las expectativas de inversión, planificación logística y comportamiento del consumidor.
El nuevo esquema consolida una política de desregulación iniciada en distintos frentes del sistema energético, que incluye también los planes para exportación de crudo y GNL desde Vaca Muerta, la eliminación de subsidios a la demanda y la redefinición del rol de YPF como actor competitivo en un mercado abierto.
