TECNOLOGÍA

MUNDIAL DE SEVEN DE SAN FRANCISCO

Los Pumas 7s vencieron a Estados Unidos y quedaron 5tos en el certamen

El 5° puesto conseguido por los Pumas 7s en el Mundial de San Francisco, luego de una enorme victoria este domingo 33-7 a Estados Unidos se trata de un logro loable para un grupo muy joven de jugadores que demostró calidad individual y entrega constante, conducidos magníficamente, que augura un futuro promisorio para esta camada.

5° puesto conseguido por los Pumas 7s en el Mundial de San Francisco
5° puesto conseguido por los Pumas 7s en el Mundial de San Francisco

SAN FRANCISCO.- El 5° puesto conseguido por los Pumas 7s en el Mundial de San Francisco, luego de una enorme victoria este domingo 33-7 a Estados Unidos se trata de un logro loable para un grupo muy joven de jugadores que demostró calidad individual y entrega constante, conducidos magníficamente, que augura un futuro promisorio para esta camada. Desde lo estructural, en cambio, refleja las limitaciones que la disciplina padece en la Argentina.

Los argentinos llegaron a San Francisco con la ilusión de llegar al tercer día de competencia con la posibilidad de pelear por el título. Una meta posible dada la característica intrínseca del seven y a algunos resultados previos en la temporada. De haberlo logrado, no obstante, se habría tratado de un batacazo, una situación meramente coyuntural. El 5° puesto, y la forma categórica en que se lo consiguió frente al poderoso seleccionado local (antes habían vencido 26-15 a Francia), refleja mejor el estado del seven argentino, un paso atrás de las potencias.

Un premio merecido al trabajo serio que viene realizando el equipo en los últimos dos años. Desde la conducción de Santiago Gómez Cora, uno de los que más sabe de seven del mundo, hasta la entrega y disciplina de los jugadores en la preparación, coronados en una actuación general que sobrepasó las expectativas.

Pero si la Argentina aspirara a más, si pretende jugarle de igual a igual a Fiji, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Inglaterra, debe modificar su política para con la disciplina. En definitiva, se trata de un equipo que cada cuatro años debe reinventarse. El Mundial encuentra al equipo a mitad del camino que marca el ciclo olímpico, siendo Japón 2020 la meta final. No cabe sino esperarse una mejoría en dos años. ¿Y después?

Además de las desventajas que tiene respecto de otros países (el poderío físico de los fijianos, la cantidad de jugadores de Nueva Zelanda y Sudáfrica, los recursos de Inglaterra, la posibilidad de los norteamericanos de captar jugadores de otros deportes) se acrecienta cuando se advierte que tienen planteles estables que mantienen en el largo plazo.

Después de 2016, por ejemplo, el equipo se desarmó. Sólo cuatro jugadores que estuvieron en Río repitieron en San Francisco (Gastón Revol, Franco Sábato, Santiago Álvarez y Germán Schulz). Por cómo está configurado el rugby argentino, el seven es en definitiva la mejor plataforma para desarrollar jugadores más allá de los 20 años. Por dedicación, entrenamiento y, sobre todo, nivel de competencia.

No es que falten jugadores. Más de 200.000 fichados en todo el país es una cifra envidiable para la mayoría de las 24 naciones que participaron del certamen ecuménico. Pero en tanto no haya otro espacio para que los jugadores del 15 puedan seguir con su crecimiento finalizada su etapa de Pumitas, Jaguares y Pumas seguirán alimentándose del seven (en el lado de los backs, al menos) y poniéndole un techo bajo al crecimiento de esta disciplina.

Por otro lado, si bien son jugadores que se entrenan full-time, sin contar que están gran parte del año fuera de sus hogares, la beca que reciben está muy lejos, por ejemplo, que la de un jugador de los Jaguares, por no comparar con la de otros países de elite. No son pocos los casos de chicos que han desistido por trabajo o estudio.

Se repitió la final del Mundial de Moscú 2013 y también el campeón. Nueva Zelanda le ganó a Inglaterra 33 a 12. El partido por el tercer puesto fue entre las dos selecciones que aspiraban a ser finalistas. Sudáfrica venció a Fiji 24 a 19 y se subió al podio.

En este contexto, el 5° puesto es altamente satisfactorio. Cuando el equipo cumplió con el plan de juego que se había planteado, fue ampliamente superior a sus rivales. Ante Fiji, primero fue víctima de un formato implacable y en la cancha pagó el desorden con el poderío de los históricos dominadores de la disciplina.

Argentina es un equipo sin jugadores desequilibrantes, que basa su juego en el orden y, sobre todo, la entrega y la disciplina a la hora de defender. En este Mundial hubo rendimientos parejos. Ante Canadá se lució Santiago Mare. Ante Francia, Lautaro Bazán Vélez puso la cuota de desequilibrio necesaria. Ante los locales, no hubo fallas. Matías Osadczuk, acaso el jugador de mayor proyección, tuvo intervenciones más esporádicas. Sábato desbordó en las pocas oportunidades que tuvo. La aparición de Mateo Carreras, que saltó directamente de los Pumitas y jugó su primer torneo con Pumas 7s, resulta promisoria. La inteligencia de Revol, siempre. ¿Habrá sido su última función?

Desde hoy, la mira está puesta en Japón 2020. Quedó en claro que materia prima hay. En cuanto a la estructura, hay mucho por trabajar.

Fuente de la Información: lanacion.com.ar

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